El cuerpo de Marcelo yacía inerte en la entrada de la casa.
Mi mente recibió una vertiginosa sucesión de imágenes confusas y nebulosas, y sentí que todo comenzaba a dar vuelta a alrededor mío.
Creí estar a punto de desvanecerme cuando percibí los brazos de Soledad sosteniéndome y vi su rostro difuso hablándome en forma desesperada. Nuevamente no podía oír los sonidos que brotaban de su boca y el ruido sordo que rodeaba la atmósfera aumentaba mi sensación de náuseas.
Lentamente empezó a llegarme su voz, como si viniera del otro lado del océano y la marea la empujara hasta la orilla de mi percepción. Primero la escuché como un mínimo murmullo, del que no podía sacar nada en claro.
-Luna, Luna –pude entender finalmente sus palabras mientras me sacudía desesperadamente.
-Sí, ya estoy bien –atiné a responderle.
-Hay que ayudar a este hombre, lo conocés?
-Sí, sí, es un amigo. Qué le pasó?
-No sé, parece que se desmayó al entrar y vernos!! Hay que pedir ayuda.
-Andá a buscar a alguien y pedile que llame a una ambulancia, yo me ocupo de él –respondí nerviosa al tomar conciencia de la situación.
Allí, frente a mis ojos, la persona que prácticamente me había salvado de la muerte, se encontraba tendida e inconciente. Una explosión de pensamientos se adueñó de mi cerebro y una vez más debí luchar con mis sentidos para dominarme. Esta vez lo logré rápidamente y me arrojé sobre el cuerpo inmóvil de Marcelo. Comprobé su pulso y respiré aliviada al encontrarlo, tomé su rostro e intenté reanimarlo. Me dediqué por completo a su auxilio sin lograr reanimarlo.
Unos minutos después (creo) regresó Soledad y luego oí la sirena de una ambulancia. Llegaron los médicos y lo subieron velozmente a una camilla para trasladarlo al vehículo. Pedí acompañarlos y me despedí momentáneamente de Soledad.
Una vez en el hospital, lo llevaron a emergencias y perdí todo contacto con él. Tuve que quedarme en la sala de espera y no tardé en sumergirme en mi mar de pensamientos. Recordé la primera vez que abrí los ojos y ahí estaba, la primera figura humana de mi vida, alerta a mi frágil condición. Todos los cuidados y ayudas que me fue brindando durante mi recuperación física primero, luego económicamente, y claro, el hogar que me cobijaba actualmente.
Reflexioné un rato más, tomando conciencia de la importancia que este hombre había ido adquiriendo en mi vida y me di cuenta que yo había aceptado todo su apoyo sin devolverle nada a cambio. Fue entonces cuando salí de mi abstracción y comencé a observar el lugar donde me hallaba. Vi la recepción de la guardia de emergencias, las filas de sillas para familiares y/o amigos en la que yo misma estaba, el largo pasillo que desembocaba en una puerta vaivén dónde había desaparecido la camilla con el cuerpo de Marcelo y finalmente me topé con algo en una de las paredes que me hizo dar clara cuenta de todo lo que acababa de suceder.
Luna, me vas a matar con ese suspenso, jeje. Espero que no demores mucho en postearrr!!! Beso! :)
ResponderEliminarufff me lo leí todo
ResponderEliminarmuuuy bueno está tu blog
te linkeo así te sigo y actualizá pronto, porfa
Ahhhhhhhhhhh!!
ResponderEliminarQue le paso a Marcelo???
Nunca, nunca hay que ir de visita sin avisarr
Besos!
D
Luna:
ResponderEliminarMe encanta tu blog :)
Qe le paso a Marce? Qe dijo el Dc?
Madie, me gusta el suspensooo...ji
ResponderEliminarcasi adulta, bienvenida y gracias por leer tooodo!!
...(des)..., sabias palabras las tuyas
Guadita, por fin comentás!! paciencia...