14 de agosto de 2009

Help ir round the corner


Sin embargo, mi oscuridad siguió aún por mucho tiempo, y creo que nunca más me abandonaría completamente.

Finalmente, acepté la amistad de Marcelo, primero a regañadientes, pero de a poco fue ganándose mi confianza y mientras mi interior aprendía a aceptar a través de fragmentadas visiones las diferentes etapas de mi ser, mi relación con el mundo exterior fue canalizándose a través de él y comencé a incorporarlo como parte de mi vida.

A medida que el proceso terapéutico daba lentos y pequeños pasos, debí adaptarme a la realidad cotidiana. Llegó el momento en que el dinero que tenía se acabó y debí evaluar la necesidad de reinsertarme en la vida laboral.

Este tema ocupó varias sesiones con mi psiquiatra ya que no me sentía mentalmente preparada para relacionarme con el feroz ambiente de una empresa, no tenía ganas de contar mi traumática experiencia una y otra vez a los extraños que se incorporarían a mi círculo, pero tampoco podía ignorarlos, de modo que la única vía de acción era seguir así, manteniendo mi entorno al mínimo.

Dicha decisión aparejaba perder los beneficios derivados del trabajo, que además de los obviamente económicos implicaban la cobertura médica que me había permitido tratarme hasta ese entonces, y encima justo cuando empezaban a vislumbrarse los primeros resultados positivos.

Me ví obligada a hacer frente a la primera decisión importante de mi nueva vida.

Debía aceptar la ayuda económica que Marcelo venía ofreciéndome insistentemente. Seguramente y teniendo en cuenta todo lo ya hecho por mí, parecería fácil entregarme de lleno a su caridad, pero yo no veía el panorama completo y estaba absolutamente encerrada en mi propio mundo interior intentando recuperar mi pasado, en consecuencia mi mirada hacia los demás era mínima y cada decisión que implicara aceptar mi dependencia era tremendamente difícil y dolorosa.

Pero cómo acabo de decir, no quedaba alternativa y lo prioritario eran mis tratamientos, así que me tragué el orgullo y pasé a estar bajo el ala protectora de Marcelo.



Banda de sonido: Help ir round the corner - Coldplay

5 comentarios:

  1. Uyy!! Aca vamos de nuevo! Y es que cualquiera de nosotros sintiendose inutil es incapaz de reconocer que quien esta al lado quiere ayudar.

    Supongo que es una defensa inconciente ante la busqueda de recuperar el terreno perdido y la individualidad.

    Es dificil, toma tiempo, pero, como vos bien apuntás, los tratamientos no se pueden posponer, los tiempo de un ser humano no entienden un carajo d economia.

    ResponderEliminar
  2. Es lógica tu primera reacción. Encontrándote en esa situación, tan necesitada de ayuda para rearmar tu historia, es esperable que te sientas reticente a que alguien colabore económicamente.
    Ahora, de tu familia tengo algo más de idea... pero amigos? novio? conocidos? algo?
    Supongo que eso también llegará, jeje.

    Beso grande!

    ResponderEliminar
  3. Mal que mal, reitero, Marcelo me gusta.
    Y sí, lanzarse en dependecia de otro es difícil. Más allá de tus problemas, creo que a cualquiera le costaría, yo lo vería como perder autonomia y generar alguna deuda =(
    Qué sé yo, soy muy especial para eso.

    ¡Saludos!
    Chicapentaprisma.

    ResponderEliminar
  4. Luna; quiero decirte que vengo leyéndote desde el inicio y hay algo en la intensidad de tus palabras, más allá de la historia que es fuertísima que me cautivan. Sólo eso. Gracias.

    ResponderEliminar
  5. Andreita, me alegra que sigas encontrando palabras

    Madie, ansiosa!!! ja ja como ya te dije no me gusta el karaoke y por ende se ve que no era muy sociable...

    Penta, sí, siempre es difícil...

    Julia, gracias por tus hermosas palabras!!

    ResponderEliminar